Por Jesús Chapado, responsable de Innovación de Naturgy
En el Día Mundial de la Creatividad y la Innovación, es importante recordar que el cambio climático es en la actualidad uno de los desafíos más relevantes y urgentes a los que tenemos que hacer frente para garantizar el futuro de las próximas generaciones y el planeta. Todo indica que 2024 será el año más cálido desde que se tienen registros, por lo que nuestros esfuerzos como sociedad tienen que ser aún mayores. Esta situación de emergencia nos exige compromiso y responsabilidad para avanzar hacia la transición energética con un modelo más sostenible que nos permita alcanzar los objetivos de neutralidad climática previstos para 2050.
Estamos a tan solo 26 años para cumplir con este ambicioso compromiso establecido por la Unión Europea. Se trata de una cuenta atrás que, sin duda, requiere del despliegue de energías renovables, el aumento de la eficiencia energética y la diversificación de las fuentes de energía.
En este panorama, el papel de la innovación tecnológica es crucial para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, especialmente las de CO2. Un claro ejemplo de cómo el desarrollo de nuevas tecnologías ha contribuido con este objetivo es la energía fotovoltaica. Aunque se trata de una de las fuentes limpias más extendidas en la actualidad, hace no muchos años la energía solar era todavía una tecnología emergente que ha sido posible gracias a los avances en investigación.
El desarrollo de estas nuevas soluciones no es una tarea fácil; requiere de inversión privada, pero también de la colaboración entre el sector público y el privado para compartir conocimientos, reducir riesgos y acelerar la implementación de tecnologías innovadoras.
Además, el apoyo de las administraciones públicas, especialmente en las fases iniciales de los proyectos, es fundamental para poder asegurar que los avances científicos y tecnológicos realizados se conviertan en soluciones tangibles y escalables.
La cuestión está en conseguir la neutralidad tecnológica de una forma eficiente en coste, siendo capaces de descarbonizar el sector, y garantizando la seguridad de suministro. En este contexto, son de vital importancia sesiones como la impulsada por Fundación Naturgy junto con el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) sobre investigación e innovación en el sector de la energía, para compartir experiencias y puntos de vista, con la finalidad de destacar la importancia de fomentar alianzas para avanzar hacia un futuro energético sostenible. La cooperación entre los centros de investigación, empresas y gobiernos es la única forma de pasar de la investigación a la implementación en los plazos que tenemos para dar solución a la actual crisis climática.
Para Naturgy, el camino hacia la descarbonización exige la adopción de una visión de neutralidad tecnológica, una perspectiva que nos lleva a apostar por nuevas soluciones capaces de brindarnos la oportunidad de acelerar la transición energética con fuentes de energías limpias, eficientes y seguras, entendiendo que no hay una única solución viable.
Nuestro enfoque se basa en la electrificación y el desarrollo de nuevas moléculas o gases renovables que contribuyan a la descarbonización. En el ámbito de la electrificación de la economía, trabajamos activamente en el despliegue de energía renovable a partir del viento, el sol o el agua, pero también en el desarrollo de tecnologías que permitan reforzar la firmeza del sistema, como las baterías o la descarbonización de los ciclos combinados.
No obstante, es imprescindible complementar estas soluciones con proyectos innovadores de gas renovable, como pueden ser el biometano y el hidrógeno verde, para la descarbonización de sectores cuya electrificación es más compleja. El biometano es una tecnología madura, asequible y almacenable que se posiciona como una alternativa de descarbonización más sostenible para el medio ambiente, la economía y la sociedad, porque es neutro en emisiones, lo que fomenta la economía circular y la reducción de residuos. Por su parte, el hidrógeno verde se irá convirtiendo en los próximos años en un vector energético que va a permitir la descarbonización, aunque para eso debe evolucionar la tecnología y el mercado.
El tiempo apremia y la innovación se convierte en nuestro principal aliado. Por eso, desde Naturgy, hemos asumido una clara responsabilidad como agente clave en la transición hacia una economía neutra en carbono. Alcanzar el objetivo de neutralidad climática nos permite reducir la dependencia energética exterior, mejorar la balanza comercial y avanzar hacia una economía moderna y próspera.
La apuesta por un mix energético equilibrado y una gestión eficiente de los recursos renovables, desarrollando proyectos e iniciativas innovadoras, conlleva el despliegue de infraestructuras y sistemas inteligentes que nos permitan descentralizar la gestión de la energía, revolucionando los modelos actuales. Es por ello que nuestro modelo de innovación está diseñado para tejer redes de colaboración que faciliten respuestas a la complejidad del entorno y a la resolución de retos.
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