En el Día Mundial contra el Cambio Climático es importante recordar esta reciente afirmación realizada en la jornada ‘Objetivos ambientales: evolución y cumplimiento en España y en el mundo’ organizada por Fundación Naturgy junto con el Club de Roma.
En ella, Óscar Barrero, socio responsable de Energía en PwC España, señaló que, si tuviéramos que poner una nota a los avances en materia de lucha contra el cambio climático, tendría que ser un suspenso. “Es cierto que hay un esfuerzo, pero los resultados no han estado a la altura de los objetivos marcados. El propósito de limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 °C respecto a la era preindustrial ya se ha alcanzado, lo que demuestra que los compromisos adoptados no han sido suficientes”. Además, Barrero añadía que “en los últimos cinco años, las emisiones globales han aumentado un 4%, cuando deberíamos haber estado reduciéndolas, lo que nos deja un camino cada vez más complicado, que exigirá un esfuerzo mucho mayor para reconducir la situación”.
Aun así, Óscar Barrero afirmaba que “dentro de este balance global poco satisfactorio, existen señales esperanzadoras. Aunque en el ámbito político se perciben ciertos retrocesos en algunos países, las empresas y la sociedad civil siguen avanzando de forma decidida. Cada vez más actores económicos y sociales están tomando conciencia de los efectos del cambio climático, ya no como un fenómeno futuro, sino como una realidad presente que condiciona decisiones empresariales, de inversión y de consumo”. Barrero también hizo hincapié en la necesidad de tener en cuenta todas las tecnologías para la descarbonización, ya que no todo puede o debe pasar por la electrificación.
Por último, al hablar de la próxima COP que se celebrará en las próximas semanas, Barrero mencionó que “el hecho de que se celebre en Brasil le otorgará un carácter especial. Habrá que ver cómo se logra pasar de las promesas a la acción, especialmente en cuestiones como la financiación comprometida para los países en desarrollo o la promoción de una transición justa que proteja comunidades y biodiversidad”. En este contexto destacó que España, pese a tener un peso reducido en las emisiones globales, debe asumir un papel de liderazgo. “Somos uno de los territorios más expuestos a los efectos del cambio climático, pero también uno de los mejor preparados para impulsar soluciones, gracias a nuestros recursos, conocimiento y capacidades industriales”.
Por su parte, Luis Robles, socio de Liken Carbon Hub, puso en valor la celebración de la próxima COP30 en Brasil, destacando que las discusiones en los entornos de la conferencia de las Naciones Unidas han evolucionado de manera positiva, impulsadas principalmente por el compromiso con la financiación climática y la creación de capacidades en los países en desarrollo. “Cada vez son más las políticas y medidas en marcha que hacen imposible dar marcha atrás. España, al igual que otros países, tiene un papel relevante en la adaptación al cambio climático, y debe reforzar su compromiso en sectores que aún presentan grandes desafíos, como el transporte, la industria o la agricultura. No basta con descarbonizar la generación eléctrica: debemos avanzar también en la energía térmica y potenciar las absorciones naturales”, comentó.
“La próxima COP puede marcar un punto de inflexión. El reto está en pasar de los compromisos a la implementación, apostando por la inclusión y la innovación como ejes del cambio. La financiación será clave para avanzar, al igual que la cooperación entre potencias como China, India o Estados Unidos, cuyo papel será determinante en el equilibrio global de emisiones. En el caso de España, los avances son evidentes, ya que se han reducido las emisiones por debajo de los niveles de 1993, demostrando que es posible crecer económicamente mientras se reducen emisiones. Ahora el objetivo es mantener esa senda descendente hasta alcanzar, en 2030, la reducción del 32% que marca el PNIEC”, finalizó.
Análisis de las emisiones y de los objetivos de descarbonización
Tanto PwC como Liken Carbon Hub han trabajando en sendos informes, publicados por Fundación Naturgy, que son un exhaustivo análisis de la situación de los objetivos climáticos en el mundo.
En ‘Cumplimiento de los objetivos de descarbonización en Europa y el mundo‘, PwC apunta que la desconexión entre los objetivos de reducción de emisiones adoptados por algunos países y las metas establecidas en el Acuerdo de París representa un desafío crítico para la eficacia de la acción climática global. Si bien el marco del Acuerdo permite la adaptación de los compromisos nacionales a las capacidades y circunstancias de cada país, la falta de estándares mínimos de ambición ha generado un panorama fragmentado en el que muchos objetivos nacionales no están alineados con la trayectoria necesaria para limitar el aumento de la temperatura global. Esta disparidad compromete la credibilidad del sistema de compromisos climáticos y reduce la efectividad de las medidas de mitigación en su conjunto.
Del mismo modo, esta brecha en los niveles de ambición crea desigualdades significativas en términos de desarrollo económico, competitividad industrial y costes de transición, entre otros, afectando de manera significativa a los países que asumen compromisos más ambiciosos y distorsionando las condiciones de equidad en la lucha contra el cambio climático. Además, la ausencia de mecanismos de cumplimiento más estrictos permite que ciertos países formulen estrategias que, aunque técnicamente cumplen con sus compromisos, no reflejan un verdadero esfuerzo hacia la descarbonización. Esta brecha entre ambición y acción ralentiza el progreso global y debilita la confianza en la cooperación internacional, poniendo en riesgo la capacidad de la comunidad internacional para responder a la urgencia climática de manera coordinada y efectiva.
En el informe ‘Emisiones mundiales 1990-2023‘, Liken Carbon Hub analiza la evolución de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en las cuatro principales economías mundiales (China, India, Estados Unidos y la Unión Europea) desde 1990 hasta 2023, examinando las dinámicas económicas, demográficas y sectoriales que han configurado sus respectivos perfiles de emisiones.
A lo largo de este periodo, China ha emergido como el principal emisor mundial de GEI, superando el 30% del total global en años recientes, con emisiones que alcanzan más de 15.000 millones de toneladas métricas de CO2 equivalente desde 2023. Este crecimiento está directamente vinculado a su transformación económica sin precedentes, con tasas de crecimiento del PIB promedio del 9% anual desde 1990. La dependencia del carbón, que representa el 79% del uso total de combustibles en 2023 constituye el factor más crítico en su perfil de emisiones, particularmente en el sector de generación eléctrica que aporta el 41% de las emisiones totales. En términos de emisiones per cápita, China presenta unos valores altos, con aproximadamente 11 toneladas de CO2e por habitante. Junto a China, la principal economía emergente, India, se ha consolidado como el tercer mayor emisor mundial con el 8% de las emisiones globales en 2023, impulsado por un crecimiento económico robusto del 6-7% anual y una población que supera los 1.400 millones de habitantes. Su matriz energética, dominada por el carbón (más del 70% de la generación eléctrica), genera que el sector eléctrico contribuya con el 34% de las emisiones nacionales. A pesar de este crecimiento absoluto, India mantiene las emisiones per cápita más bajas del grupo analizado, con aproximadamente 2,9 toneladas por persona, lo que refleja que una parte significativa de la población india no está en condiciones de acceder a consumos normalizados de energía.
En relación con la lucha contra las emisiones de gases de efecto invernadero, Estados Unidos presenta un panorama diferenciado y más propio de economías maduras y consolidadas, con emisiones totales que han disminuido aproximadamente 15% entre 1990 y 2023. Sin embargo, mantiene las emisiones per cápita más elevadas con alrededor de 17 toneladas de CO2 por persona. El sector transporte ha emergido como el principal emisor, representando el 29% del total en 2023, mientras que el sector eléctrico ha reducido significativamente su participación al 25% debido a la transición del carbón hacia el gas natural y las energías renovables, lo que sitúa a este sector como el segundo en volumen de emisiones en 2023.
El cuarto territorio cubierto en este análisis es el representado por la Unión Europea, un bloque económico que ha demostrado el progreso más significativo en desacoplamiento entre crecimiento económico y emisiones, logrando una reducción del 35% en sus emisiones netas respecto a 1990. Esta mejora se sustenta en una matriz energética diversificada donde las energías renovables rondaron el 40% de la generación eléctrica en 2023. El transporte representa el 24% de las emisiones, constituyendo el principal desafío sectorial dado que es el único sector cuyas emisiones superan los niveles de 1990.
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