Buscamos ser eficientes en todo lo que hacemos, y en nuestro hogar, no queremos ser menos: para ahorrar en nuestro bolsillo y ayudar a que nuestro planeta sea más sostenible, es importante dedicar esfuerzos a la eficiencia energética. Por este motivo es clave saber cuánto consumen nuestros electrodomésticos, ya que pueden representar hasta el 55% del gasto de electricidad, y analizar si podemos hacer un uso más eficiente de los mismos.
Una de las claves pasa por entender cómo funcionan las etiquetas energéticas si vamos a adquirir un nuevo aparato. Lavadora, secadora, lavavajillas, frigorífico, televisor… todos los electrodomésticos tienen una etiqueta que indica su grado de eficiencia: desde el verde intenso (A), el más eficiente, pasando por el amarillo (C) de eficiencia media, y el rojo (G) de los aparatos menos eficientes. Esta clasificación empezó a aplicarse en diciembre de 2021, sustituyendo a la anterior, cuyo máximo grado de eficiencia era el A+++, y el menor, el D.
Una vez hayamos adquirido el electrodoméstico pasamos a la segunda cuestión: ¿Cómo optimizar el consumo de energía? Empecemos por el aparato que más consume en nuestro hogar: la nevera. Ésta, junto al congelador, puede representar un 36% del gasto energético total. Por eso es importante no solamente que tenga una etiqueta lo más eficiente posible, sino hacer un buen uso del mismo: no guardar alimentos calientes, abrir la puerta lo mínimo posible o que esté alejado de la calefacción y el sol directo.
Cómo optimizar el consumo de energía
El televisor gasta ni más ni menos que el 12% de la energía del hogar, por lo que es importante saber que los modelos LED pueden representar hasta un 25% de ahorro respecto a las pantallas LCD y un 45% respecto a las pantallas de plasma.
Cuando cocinemos, también podemos ahorrar: apagando un poco antes de que se acabe la cocción en el fuego, vitrocerámica o placa de inducción, y también en el horno (que consume alrededor del 8% de la energía), aprovechando el calor residual. E intentando evitar abrir la puerta del horno, dentro de lo posible, puesto que cada vez perdemos el 20% de la energía.
¿Y si tenemos lavavajillas? Destinamos a este aparato el 6% del gasto energético de nuestras casas, por lo que es recomendable cargarlo al máximo antes de ponerlo en funcionamiento y elegir el programa económico: dura más tiempo, repartiendo el gasto de energía y es el más eficiente.
La secadora consume el 3% de la electricidad de nuestro hogar. Al usarla, es importante centrifugar antes al máximo la ropa en la lavadora y asegurarnos de que los orificios de ventilación no están obstruidos.
Pero no debemos solamente vigilar el consumo de electrodomésticos en nuestro hogar. También es importante prestar atención a qué tipo de luces tenemos, y si es posible, sustituirlas por unas de bajo consumo, es decir, por luces LED.
Los pequeños electrodomésticos también suman: cafetera, tostadora, aparatos para cocinar, ordenadores, impresoras, teléfonos móviles, tabletas…. Si procuramos apagarlos cuando no los estemos usando, ahorraremos. También lo hacemos si evitamos poner los electrodomésticos en stand by, para no consumir energía de forma innecesaria.
¿Quieres recibir nuestra newsletter? Suscríbete aquí.