Naturgy completa con éxito la voladura de la torre de refrigeración de la central térmica de Anllares

  • La compañía da un paso más en la transición energética con esta nueva demolición, que pone de manifiesto la recuperación paisajística de una de las zonas de la Red-Natura 2020 de Castilla y León.
  • Los trabajos de desmantelamiento, que comenzaron en el verano de 2019, se desarrollan según el programa previsto, donde se ha ejecutado en estos momentos cerca del 90% de los mismos.

Tras varias semanas de preparación, Naturgy ha realizado hoy con éxito la voladura controlada de la torre de refrigeración de la central térmica de Anllares. La operación se ha llevado a cabo con las máximas medidas de seguridad, mínimo impacto ambiental y con un cumplimiento riguroso de la normativa vigente. La torre tenía una altura de aproximadamente 111 metros y su diámetro en el suelo de 33 metros, representando su forma hiperboloide un volumen de unos 745.000 m3 y un peso de más de 8.000 toneladas.

Para su derribo se ha utilizado la técnica de la fulminación, es decir que ha descendido sobre su vertical con un ligero vuelco hacia el este, sin tratarse de un basculamiento, con objeto de agrupar hacia ese lado los escombros. Tras los correspondientes cálculos de estabilidad, se han practicado trabajos de debilitamiento y, en el momento del disparo, las cargas explosivas han fragmentado los pilares de apoyo haciendo que la construcción perdiera su equilibrio y colapsase por su propio peso. El tiempo que ha transcurrido desde el momento del disparo hasta que la estructura se ha encontrado en el suelo ha sido de unos 5 segundos.

En total se han utilizado 48 kg de dinamita y 850 m de cordón detonante, y la ráfaga del disparo ha tenido una duración de 1025 milisegundos. La tecnología utilizada (detonadores electrónicos) ha permitido controlar la continuidad de la cadena pirotécnica hasta el momento del disparo. La demolición mediante esta técnica es una de las más eficientes para el desmantelamiento de centrales, ya que minimiza los riesgos para los trabajadores, favorece la economía circular y contribuye a reducir el impacto ambiental, siendo la técnica elegida para desmantelar las grandes estructuras de la central térmica de Anllares. Una vez realizada la voladura, los residuos de hormigón y de la estructura metálica son recogidos a nivel del suelo y se estima que se recuperarán 30 toneladas de hierro y 8.000 toneladas de hormigón que serán reciclados.

Con el objeto de minimizar el polvo que podía provocar el colapso de la construcción, se ha dispuesto un sistema de cortinas de agua que han surgido desde unas trincheras practicadas en el suelo e impulsadas por cordón detonante y cuya ráfaga, inmediatamente después del disparo de la torre, ha tenido una duración de unos 10 segundos.

En cumplimiento de las medidas de seguridad aplicables a esta voladura, se han realizado los pertinentes avisos a las autoridades competentes, al Ayuntamiento de Páramo del Sil y a la Junta Vecinal de Anllares. Igualmente se ha comprobado la ausencia de nidos de aves, así como de otras especies que pudieran verse afectadas. Dada la situación aislada de la central y la ubicación de la torre de refrigeración en el recinto, no han existido riesgos para otras construcciones. La principal medida de seguridad ha sido la evacuación de las personas de la zona delimitada por un perímetro de seguridad de 300 metros alrededor de la torre.

La función de la torre era enfriar el agua de refrigeración necesaria para la operatividad de la central, que llegaba con unos 45-50ºC a la parte inferior de la torre. Se distribuía mediante una red de canales y tuberías, cayendo a través de un “relleno” constituido por láminas verticales con un pequeño espacio de separación entre ellas. De este modo se conseguía una gran superficie de contacto con el aire que entraba por la parte inferior de la torre, provocando el enfriamiento del agua por la evaporación de una pequeña cantidad, en torno al 1-2%, lo que provocaba también la característica “nube” de vapor que salía por la parte superior de la torre. El agua fría se recogía en una balsa situada bajo la torre con una temperatura cercana a la ambiental, siendo desde allí enviada nuevamente a la instalación. La función de la lámina de hormigón era proporcionar el tiro necesario para producir la circulación de aire a través del relleno, a modo de chimenea.

Avance de los trabajos de desmantelamiento en la CT Anllares

La central térmica de Anllares, situada en Páramo del Sil (León) es propiedad de Naturgy (66,6%) y Endesa (33,3%), comenzó a funcionar en 1982 y acumuló 36 años de operación tras su parada definitiva en diciembre de 2018. Ambos propietarios adjudicaron el contrato de desmantelamiento de la instalación a la empresa vasca Lezama Demoliciones.

El desmantelamiento de la instalación abarca todas las instalaciones de producción y se llevará a cabo a lo largo de un periodo de unos 42 meses, donde se ha finalizado ya cerca más del 80% de los trabajos contemplados en el propio desmantelamiento. Con esta actividad se da empleo a alrededor de 60 personas, que han completado más de 138.000 horas de trabajo. Cabe destacar que no se han registrado accidentes ni incidentes relevantes.

Naturgy apuesta por la Sostenibilidad

Naturgy está inmersa en un proceso de transformación para adaptar su negocio hacia un modelo más sostenible como demuestra su firme compromiso con la generación renovable y el cierre de todas sus centrales de carbón. Para conseguirlo, la compañía trabaja en una batería de medidas que están en línea con el objetivo global de frenar el aumento de la temperatura del Planeta y con acciones específicas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, impulsar las renovables, la economía circular y la protección de la biodiversidad. La voladura de la caldera de Anllares, junto con el resto de trabajos de desmantelamiento y los futuros trabajos de renaturalización en la zona suman nuevas actuaciones a los ejes de actuación marcados por el plan de medioambiente de la compañía.

Asimismo, Naturgy se convirtió en 2019 en uno de los principales actores en apostar por las energías limpias, incrementando su capacidad renovable instalada en casi un 22%, hasta alcanzar casi 5 GW a nivel global, y redujo sus emisiones de CO2 en un 16%. El desempeño de la compañía en materia social, medioambiental y de buen gobierno ha sido reconocido por los principales y más importantes índices y ránkings del mundo entre los que se encuentran, además del Dow Jones Sustainability Index, el FTSE4GOOD o el Carbon Disclosure Project, así como los Premios Europeos de Medio Ambiente a la Empresa de la Comisión Europea en 2020.

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