La COP30, celebrada este año en Belém, ha cerrado sus sesiones con un mensaje claro: la urgencia climática exige acelerar la acción global y reforzar los compromisos asumidos por gobiernos, empresas y la sociedad. Durante una semana de negociaciones intensas, los líderes internacionales han puesto el foco en la protección del Amazonas, la transición energética justa y la financiación climática como ejes fundamentales para contener el calentamiento global y reforzar la resiliencia de las comunidades más vulnerables.