Las redes inteligentes o smart grids son sistemas avanzados de distribución eléctrica . Al integrar tecnologías digitales, pueden gestionar la demanda de energía de manera más eficiente y sostenible. A diferencia de las redes eléctricas tradicionales, las smart grids permiten una comunicación bidireccional, lo que significa que tanto los hogares como las empresas pueden no solo consumir, sino también producir y enviar energía de vuelta a la red.
De esta forma, estas redes pueden responder de forma dinámica a los cambios en la oferta y la demanda de energía, proporcionando la flexibilidad necesaria para integrar la generación distribuida y el autoconsumo. Son capaces de procesar e integrar todas las acciones de los agentes conectados a ellas, incluyendo generadores, distribuidores y consumidores, otorgando a estos últimos un papel más activo y permitiendo una gestión más eficiente de los recursos energéticos. Además, las redes inteligentes son esenciales para la integración de fuentes de energía renovable, como la solar y la eólica, en la red eléctrica.
Las redes inteligentes son indispensables para alcanzar los objetivos de descarbonización establecidos en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) y en los diferentes planes de acción de la Unión Europea. Sin embargo, estamos en un momento clave en el que son necesarias importantes inversiones para continuar con el desarrollo tecnológico de la red, y desarrollar y actualizar las normativas y regulaciones para apoyar la digitalización de las redes eléctricas. Esto incluye políticas que incentiven la inversión.
Por otro lado, la digitalización genera una gran cantidad de datos que deben ser gestionados y analizados de manera efectiva. Esto incluye la recopilación, almacenamiento, procesamiento y uso de datos para mejorar la toma de decisiones y la gestión de la red. Abordar estos desafíos es esencial para aprovechar al máximo los beneficios de la digitalización y alcanzar los objetivos medioambientales establecidos.
En este sentido, UFD, la distribuidora del grupo Naturgy, está incorporando nuevas tecnologías a sus redes eléctricas para transformarlas en redes inteligentes. Para ello, está dotando de tecnología e inteligencia a la red en todos los niveles de tensión y en todos los procesos de la cadena de valor. La digitalización permite a la compañía optimizar la gestión del ciclo de vida de todos los activos que componen su red eléctrica y su explotación, incrementando la garantía de seguridad de todo el sistema.
Además, proporciona la flexibilidad y autonomía necesarias para integrar a todos los nuevos agentes que interactúan con ella y los nuevos tipos de demanda (autoconsumo, generación renovable y distribuida, vehículo eléctrico, almacenamiento…).
Esta digitalización también se refleja en la relación con sus clientes a través de su Plataforma Digital de Servicios, convirtiéndose las redes de distribución en una palanca esencial para lograr una transición energética real.
En resumen, la digitalización de las redes eléctricas empodera a los usuarios, ofreciéndoles herramientas para gestionar su consumo de energía de manera más eficiente, mejorar su experiencia con el servicio eléctrico y contribuir a un sistema energético más sostenible y seguro.
Las redes inteligentes se han convertido en impulsores clave de la transición energética y la descarbonización de la economía. Estas tecnologías innovadoras están transformando la manera en que producimos, distribuimos y consumimos energía, facilitando un futuro más sostenible y eficiente.
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